Entrevista en Tapas & Tweets sobre Politica 2.0

Hace unos días me entrevistaron para el Evento “Política y redes sociales“, en cual participaron Joseba Hervella, Paco Torres, Jesús Ollero y Ana Salazar. 

Se plantearon una serie de preguntas a profesionales que trabajan en el campo de la Politica 2.0, estas fueron mis respuestas:

¿Qué valoración haces del uso que la política efectúa hoy en día de Internet y los medios sociales en nuestro país?

Estamos en el fin del principio, queda mucho por hacer e innovar, y existen pocas experiencias prácticas que puedan ser consideradas como referentes. La mayoría de los políticos intentan practicar la política de siempre amplificada en los medios sociales, con lo cual se obtiene una presencia digital vacía que no aporta demasiado valor al ciudadano y donde predomina la incoherencia entre las palabras, hechos y actitudes.

Los candidatos y gobernantes se apuntan a la moda de la Política 2.0 sin una Estrategia definida ni objetivos marcados, circunstancia que redunda en una clara inconsistencia en las acciones. Por ejemplo muchos candidatos dejan de actualizar los perfiles después de las elecciones o por temor a exponerse ante la crítica pública. El patrón recurrente es la falta de interacción con el ciudadano en los distintos perfiles en las redes sociales: la mayoría de los políticos no conversan.

Las organizaciones políticas siguen aplicando los modelos tradicionales basados en la jerarquía y la comunicación vertical, principios inconsistentes con el modelo abierto y horizontal predominante en las redes sociales. El principal síntoma de esta incoherencia es el intento de los partidos por controlar el mensaje y el discurso de las bases en las redes sociales, estrategia que no dará resultados pues en los medios sociales absolutamente nadie puede controlar el discurso libre y ubicuo de millones de personas.

Mi conclusión es que el cambio cultural aun no ha llegado en la mayoría de las organizaciones y políticos: actitudes y principios 1.0 que no encajan en los medios sociales.

¿Piensas que en España las redes pueden llegar a cambiar la forma de hacer política?

Por supuesto que sí. Evidentemente el cambio será un proceso lento y gradual. Los medios sociales brindan al ciudadano la oportunidad de comunicarse con sus representantes de forma directa, además de formular sus opiniones y que éstas puedan ser amplificadas por la red de forma meritocrática. En realidad la ciudadanía será el motor e impulsor del cambio de paradigma: la sociedad en red demandará formulas de participación ciudadana en un sistema representativo que necesita ajustarse a los nuevos tiempos. No creo que los partidos políticos formulen estrategias proactivas para afrontar las demandas participativas de la ciudadanía, en todo caso lo harán de forma reactiva.

Observo un conjunto de barreras que inhiben la participación ciudadana, principalmente la ausencia de una cultura participativa que despierta ciertas dudas en la sociedad sobre la efectividad de estos mecanismos, consecuencia directa de la desconfianza que genera la clase política actual en el electorado. En este período de transición hacia el “emponderamiento” ciudadano, los usuarios comienzan a percibir que su opinión cuenta, se les otorga protagonismo, y además pueden participar o colaborar con otros usuarios en la formulación de propuestas.

Mientras tanto la comunicación política en las redes sociales sigue siendo unidireccional y demasiado institucional, cargada de excesiva propaganda e interés partidista. La crispación y la polarización ideológica también se trasladan a estos medios en los cuales militantes y políticos se enzarzan en discusiones que no interesan a muchos ciudadanos.

¿Cuáles consideras que serían las claves para que esto sucediese?

Bajo mi perspectiva el Sistema de democracia representativa necesita incorporar fórmulas participativas que impliquen y otorguen un mayor protagonismo a los ciudadanos. Los medios sociales pueden constituir un instrumento para canalizar dicha participación. Sin embargo la desconfianza en la política no puede inhibir a la sociedad ni los partidos instalarse en un estado de conformismo, los gobiernos tienen que alentar los principios de transparencia, participación y colaboración ciudadana (siguiendo las tesis del Gobierno Abierto). Por supuesto los partidos necesitan abrirse y apostar por la participación activa de las bases.

La política necesita una mayor humanización y que los representantes practiquen la escucha activa para acercarse a las demandas y necesidades de los ciudadanos. Es vital interaccionar y conversar con ellos, adaptar el mensaje, plantearles soluciones a sus problemas en un corto espacio de tiempo, y siempre en un marco de cercanía y honestidad, condición imprescindible para intentar recuperar la confianza perdida.

En segundo lugar: coherencia en las acciones y compromiso. La presencia en los medios sociales no tiene fecha de caducidad, el uso instrumental de los medios sociales puede volverse en contra del propio político.

De nada sirve estar en las redes sociales si a los ciudadanos no se les escucha ni se propicia su participación, por ese motivo es necesario proponer temas que les interesen debatir para involucrarles y que estos perciban que su opinión es tenida en cuenta.

La Política 2.0 supone un paso más allá hacia la visión de la democracia participativa y un cambio profundo en las estructuras de los partidos políticos, incorporando elementos de apertura, transparencia y participación activa de la ciudadanía.